El camposanto, enclavado en el paraje Madre de Dios de la pedanía de Los Rincones, permite un recorrido por la historia, la cultura y la sociedad de finales del siglo XIX y principios del XX.
Con un diseño austero y funcional, acorde a los nuevos tiempos que llegan, en el proyecto colaboraron dos de los arquitectos más famosos de la época: Justo Millán Espinosa y Francisco de Paula Oliver Rolandi.
En su interior llaman la atención los enterramientos de los linajes más acaudalados, que quisieron dejar constancia de su poder en forma de monumentos funerarios; la zona de inhumaciones de párvulos y el grupo de fosas de El Rocío, algunas ornamentadas con elaboradas cancelas.